
De las células madre se podía esperar cualquier cosa menos que tuvieran sexo. Y, sin embargo, así es. Científicos de Dallas, Tejas, han mostrado en ratones que un tipo de células madres (las hematopoyéticas, que generan los glóbulos rojos y blancos de la sangre) responden a los estrógenos, una clase principal de hormonas femeninas, y que esto las hace proliferar más que sus colegas masculinas. Los niveles de estrógeno aumentan durante el embarazo, lo que acelera la producción de células de la sangre para satisfacer la voraz demanda del nuevo inquilino.
Se sabía por estudios anteriores que las células madre podían diferir en machos y hembras, pero solo en los órganos sexuales y en los tejidos sexualmente dismórficos, como las mamas. Estos tejidos, como muchos otros, contienen células madre que se van autorrenovando y van generando los tipos celulares diferenciados adecuados para el mantenimiento del órgano en cuestión. Si el tejido difiere entre sexos, parece lógico que las células madre que lo renuevan se comporten de manera distinta en un sexo y otro.Las células madre de las que oímos hablar desde hace 15 años son las pluripotentes, que son capaces de convertirse en cualquier tejido u órgano del cuerpo. Pero el desarrollo humano —como el de cualquier animal— se basa en una especialización progresiva, y ello incluye a las células madre, que pasan de la pluripotencia a una versatilidad cada vez más restringida. El ejemplo mejor conocido son las células madre hematopoyéticas, que residen en la médula ósea y ya no pueden convertirse en estómago o cerebro, pero sí en toda la gama de células rojas y blancas que constituyen la sangre y el sistema inmune. Estas son las células madre que se regulan de forma distinta en machos y hembras, según la investigación que presentan este miércoles en Nature Sean Morrison y sus colegas del Southwestern Medical Center de la Universidad de Tejas, en Dallas.

El desarrollo de la sangre, sin embargo, se suponía igual en machos y hembras, como el de cualquier otro tejido de los no dismórficos sexualmente, que son la mayoría. Si las células madre de estos tejidos neutros, o epicenos, eran capaces de discernir el sexo del organismo en que residen era “una cuestión fundamental que no había sido explorada”, según reconocen en Nature Dena Leeman y Anne Brunet, de la Universidad de Stanford.
Las altas tasas de proliferación no suelen salir gratis en biología. Parte de la preservación de las células madre en su condición original, inmadura o virginal se debe precisamente a que sus tasas de división son bajas: forman una población celular quiescente, poco activa. Cada ronda de división implica replicar el genoma entero, y el proceso acumula errores una ronda tras otra. Además, cuantas más células madre gaste un organismo en su juventud, menos le quedarán para la madurez. Los científicos examinarán a continuación si estos problemas pueden tener también una componente sexual.El dimorfismo sexual de la sangre no se había descubierto anteriormente porque la médula ósea de machos y hembras contiene una proporción muy similar de células madre hematopoyéticas. No es su proporción, sino su tasa de división, la que responde a los estrógenos. Estas divisiones son asimétricas(distintas): una célula madre se divide para dar otra célula madre idéntica a la primera y una célula distinta, más diferenciada (o especializada).
Explicación de la noticia:
Como podemos ver esta noticia es muy interesante ya que el tema en relación al sexo de las células madre, en mi opinión, es una noticia muy atractiva para la población general ya que es una tema muy peculiar y no era muy conocido hasta ahora.
Pues bien, en este artículo se explica que un tipo de células madre, las hematopoyéticas, generadoras de los glóbulos rojos y blancos de la sangre responden a los estrógenos haciendo proliferar más rápidamente a las femeninas que a las masculinas.Durante el embarazo hay una producción aumentada de estrógenos que influyen en el desarrollo de la sangre del feto.
La característica más importante de las células madre es que son capaces de convertirse en cualquier tejido u órgano del cuerpo pero a lo largo del desarrollo se van especializando de forma progresiva. Las células madre hematopoyéticas son capaces de desarrollar las distintas células de la sangre, glóbulos blanco o rojos y también del sistema inmune, pero no otro órgano diferente como es el riñón o el estómago.Las células madre se suponía que se comportaban de manera diferente según el sexo. Los investigadores del Southwestern Medical Center de la Universidad de Tejas en Dallas y Sean Morrison presentan en Nature su investigación en las cuales plantean que las células madre hematopoyéticas se regulan de forma distinta en machos y hembras.
Por otro lado, las células madre pueden ser diferentes en machos y hembras pero sólo en los órganos sexuales y tejidos sexualmente dismórficos como las mamas, en los cuales hay células madre que se van autorrenovando y generando las distintas células para el mantenimiento de cada uno de los órganos. Según reconocen en Nature las investigadoras de la Universidad de Stanford Dena Leeman y Anne Brunet, la idea de que las células madre de los tejidos neutros eran capaces de diferenciar el sexo del organismo en el que residen no había sido explorada hasta este momento.
La médula ósea de machos y hembras contiene una proporción muy similar de dichas células madre pero no es su proporción sino su tasa de división la que responde a los estrógenos, y éstos son capaces de estimular a las células madre y aumentar su capacidad de autorrenovarse. Las divisiones de las células madre son asimétricas porque una célula madre se divide dando lugar a otra idéntica a la primera y por otro lado da lugar a una célula distinta más diferenciada, o lo que es lo mismo, más especializada.
Así pues, los científicos se plantean sí todos éstos problemas relacionados con la división pueden tener un componente sexual.
Para más información:
-¿Qué son y para que sirven las células madres?
Fuentes de información:
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